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Mostrando entradas de 2018

Vivo cantando IV: ¡el primer concierto de mis rorros!

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 Gijón, navidades de 2018. Dos pequeños coralistas de tan solo 5 y 4 años se disponen a perpetrar su primer concierto. Que el "grande" esté convaleciente de su operación de vegetaciones y que al peque no se le entienda no es óbice: ¡música o barbarie!, es el lema de Esta Casa. Y lo aplicamos a dolor.  Como os contaba en esta entrada finalmente matriculamos a los nenes en la escuela de música este año. Vamos a la logopeda los lunes y miércoles y a música martes y jueves, porque lo nuestro es andar a carreras y tener tiempo libre nos estresa. Y porque from lost to the river, y olé.  Y puesto que ninguno de ellos es capaz (o tiene el más mínimo interés...) de contarnos lo que hacen en las clases de música, el contenido del concierto navideño es un misterio: algo de un osito, algo de un fantasma y fuera. Tras tres meses no sacamos más...Llega el correo con las instrucciones para los ensayos previos y para el día "D" y con él el acojone, porque vemos que e

El día que yo fuí feliz

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 Ni violines, ni arco iris, ni una maldita florecita . Solo amor, mucho amor. Sobre todo de amor va la entrada de hoy, aviso y amenazo.  Me siento feliz. E igual que cuando no, escribo post kilométricos y terapéuticos como  este, cuando sí no escribo, no siento la necesidad. Es curioso porque se diría que no le doy importancia, que tengo la suerte de estar casi siempre bien y de que la felicidad sea algo cotidiano que hombre, es así. Pero lo que ocurre en realidad es que, como decían Cristina y Los Subterráneos, normalmente soy feliz solo que no me entero. Mientras que cuando no lo soy mi infelicidad ocupa la primera plana. Y no es justo, ni lógico, ni equitativo. Así que hoy me marco un post sobre lo bien que me va en la vida y por favor, por favor, que no me tenga que arrepentir. Meigas fora y todo eso...no vaya a ser.  Ayer fuí feliz. Y tuve la suerte de ser consciente de ello.  Mi santo llegó de madrugada de trabajar tras unas veinticuatro horas sin dormir, por cortesía

Con todos ustedes ¡el Rubio!

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Yo tenía un nene tranquilo, hermoso, con ojazos, pestañazas y hoyuelos en las mejillas, que se iba criando como podía entre los huecos que dejaba su agotador e intenso hermano mayor...muy poco más mayor, esa es la verdad.    Pero hete aquí que cumplidos los cinco por parte del heredero vemos con sopresa como el benjamín toma protagonismo ¡y a qué niveles! Y sin perder ni un ápice de su personalidad, porque ni para dar por saco se parecen mis rorros. Cabrean por igual, pero con estilos muy diferentes. Mientras el Moreno practica el noble arte del cansinismo retador hasta sacarte de tus casillas (preguntar mil veces lo mismo, pedir mil veces ver otro capítulo de dibujos porfi, porfi, quieroesto-quieroesto-quieroesto-quieroesto...y su opuesto mami estono-estono-estono-estono...así, modo bucle), el Rubio practica la variedad que podríamos denominar "por mis jones" ¿Cómo explicarlo?: con ejemplos, dos:  Mi cumpleaños. Un familiar tiene el detalle hermoso de acordarse y me

Viajar con niños pequeños.

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 Si os dicen que teneis que hacer un viaje en coche de mil kilómetros de una sentada, solos y con dos niños de cinco y tres años, suscagais . Si os dicen además que el coche tiene casi dieciséis añitos, suscagais más. Sin embargo eso es lo que hice yo recientemente y lo que pienso repetir en cuanto se dé la ocasión. Porque lo disfruté. Porque me encanta. Porque lo mismo lo de viajar con niños como sinónimo de coñazo supino es un prejuicio más vinculado a la infancia, como tantos otros. La maternidad es muy dura, y aquí lo cuento muchas veces pero justo por eso no hace falta inventar: hay bebés que dejan dormir (los míos), que comen bien (los míos, en general) y con los que viajar es un placer que nos suele suceder (también los míos).   Lo sé...podeis odiarme.  Hace pocos días volvimos de nuestras terceras vacaciones de este año, las segundas en Cádiz. ¡Sí señores!, tres viajes de vacaciones en un año ¡estamos que lo tiramos! Unido a los viajes de años anteriores hace que ten

Vacaciones, migraña y alcohol: ante todo coherencia.

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¡Ring rrriiiiing! -Cadena hotelera MolamosMogollón, buenas tardes, mi nombre es Katerina ¿En qué puedo ayudarle? -Buenas tardes Katerina, me llamo Estacasa y tengo una reserva en el hotel Sindarunpaloalagua para los días pin y pun en todo incluído. Quería saber lo que me ahorro si me cambio a pensión completa, porque yo no bebo alcohol... - Muy bien señora Estacasa, no se retire por favor... Mientras la eficiente Katerina se lo curra pienso que he dicho una mentirijilla...Sí bebo, muy poco. Una caña de vez en cuando, albariño de uvas a peras, cava en navidades y siempre vigilando mi cuerpo serrano y sus señales de peligro por culpa de la puñetera jaqueca. De hecho, me replanteo ir en todo incluído porque la vez anterior una noche me animé a tomar una copita de cava calentorro de ese sin plus de precio, marca "Dubois" o un horror similar, y me costó una mañana entera de migraña...  -Señora Estacasa, ya lo tengo. Podemos modificar la reserva sin problema pero e

¡¡Mami mami, mami mami, mami mami, mami mami!!

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" Money makes the world go round " cantaba Liza Minelli a todo trapo en "Cabaret". Mentira cochina: lo que hace que el mundo gire es una mami.   La prueba de ello es que es el nombre más universalmente gastadito desde que el mundo es mundo. Mami mamá, mamá mami: la madre del cordero, la madre de Brian y la madre que los parió, o sea yo, para más señas. Mi nombre se corea desde la mañana a la noche sin descanso, a turnos o al unísono, en distintas entonaciones y decibelios pero se nombra, perennemente, por los siglos de los siglos amén. Me perdonen ustedes si escribo incoherencias, fundí a negro como a las siete y media de la tarde y desde entonces las cosas no mejoraron mucho.   Hay variedad, no crean. Además del modo ametralladora tipo Cabaret (¡¡mami mami mami mamiii!!) tenemos:  - Modo guasón: ¡ maaaaaamiiiiiiiii.... ! Este es muy del Rubio  - Modo porculero: ¡pero mami! ¡mami que no! ( o mami que sí , según toque, siempre lo contrario de lo

¿Quién reparte el carnet de padre?

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 La idea de este post surge a raiz de dos hilos publicados en twitter recientemente. Ambos escritos por sendas monitoras de campamentos, bien formadas en sus respectivos campos, motivadas y con experiencia, y los dos con una cascada de reacciones favorables detrás.  Situación uno: durante un taller de pintacaras un nene pide el dibujo de princesa rosa, a lo que su madre se niega tratando de convencerle con cualquier otro dibujo más "varonil". El niño rompe a llorar mientras la monitora cabreada alucina con la estupidez de la mamá en cuestión. Finalmente el niño acaba pintado como quiere por el empeño de la monitora, que pasa por encima de las protestas machistas de la señora madre (se van a reir de él etc.etc.). Y lo publica en twitter, recibiendo un aluvión de aplausos por anteponer el interés del niño.  Situación dos: durante una actividad en un campamento de inglés un nene rompe su manualidad de arcilla y se echa a llorar. Su padre trata de contenerlo diciéndole

Mi niño no habla bien

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-Es muy pequeño aún, ya hablará... -¡Pero si habla un montón! Y se le le entiende, él se hace entender que es lo que importa... -Cada niño lleva su ritmo.. -El niño avanza. Lo preocupante es cuando se estancan o retroceden, eso es peor, eso indica que algo va mal... -Pues yo lo veo fenomenal, fulanito hablaba mucho peor a su edad y ¡míralo ahora! -Hablar no habla muy allá pero ¡mira como canta/deletrea/recita números/lo bien que ve, etc.etc.! -Cuando te ponga la cabeza como un bombo ya me contarás... -Te estás obsesionando un poco con el tema, ¿no?  Esto me decían contínuamente. Nadie le daba importancia salvo yo. Y lo que es peor, ni siquiera dentro de la pareja encontré apoyo. Discutimos a menudo y hubo enfados, le explicaba mi preocupación, mi sospecha de que algo no iba bien pero se enfadaba conmigo, le parecía que estaba exagerando y poniéndome en lo peor. El niño era feliz, espabilado, muy despistado y con mal genio igual que sus padres pero nada más, simpleme

Un día de furia

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Hay días de mierddd...así, directamente.  Y hay tempramentos que no ayudan. El mío sin ir más lejos, bastante domado por la edad y la vida pero aún así todavíaa...digamos.. .intenso. No nací para sumisa, y menos aún para mandar en nadie: nací para ser la dueña y señora de mi vida, con tooodo lo que conlleva de pelea contínua ser así. Born free como la leona Elsa, o eso creía yo. Si es que fuí siempre de creérmelo mucho y así me va...¡más dura será la caída!  El mundo laboral es perfecto para domesticar caracteres bravos. Tras años tragando sapos desarrollas una capacidad asombrosa para la supervivencia sin traicionarte (en exceso...) a ti misma. Tú lo llamas cinismo, yo lo llamo empatía e instinto de supervivencia - me espetó un director de recursos humanos en cierta ocasión. Posvale . Su interpretación mola más, andevaaparar , pero no estoy muy convencida de que fuese la correcta. La cuestión es que desarrollé un modelo de autoprotección basado en la actividad comercial, mi

Me duele la cabeza

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 Es domingo y me duele la cabeza. Otra vez.  Siempre igual.  Tengo catorce años, tengo que estudiar y me duele la cabeza...  Me peleo con mis hermanas, con mi madre...no paro de llorar y me duele la cabeza.  Tengo veinte, me voy de concierto. DE CONCIERTO EN EL QUE CANTO YO, y me duele la cabeza...  Salgo de casa camino de la academia en la que doy clases de matemáticas. Odio las matemáticas. Odio dar clase. Y me duele la cabeza...  Llega el fin de semana y no sé si salir o no, me apetece mucho pero me duele la cabeza. ¡Bah! me animo a ver si con la pastilla me pasa. No pasa. Me vuelvo al poco rato y me acuesto con la cabeza como un bombo.  Vamos a la playa. Un plan fantástico que acaba siendo un plan de mierda. Con todo el solaco encima, me duele la cabeza y no aguanto ni la gorra. Una amiga que es una mezcla entre Carrie Bradshow y MacGyver saca el arsenal de complementos: visera, gorras varias, por supuesto su sombrero de paja pero no hay manera, me estalla la pel